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Influencias literarias y pedagógicas
Paralelismos Pedagógicos entre Herminio Almendros y José Conde. Siendo muy niño descubrí en la biblioteca de mi casa un libro por el que mi padre sentía especial devoción:
"El cielo", un pequeño tratado divulgativo sobre astronomía, pero que contenía una página mecanografiada dedicada a él por su maestro José Conde García, al que veneraba.
Años más tarde, al terminar la Educación General Básica (EGB) pasé al bachillerato (BUP) que se impartía
en el edificio que actualmente ocupa el Colegio Claudio Sánchez Albornoz y que se denominaría José Conde García desde el curso 1975-76 (Franco había muerto el 20 de noviembre de 1975);
una vez más, la figura para nosotros desconocida de este maestro se cruzaba en mi vida.
Tras un largo paréntesis universitario, volví al Instituto de mi formación en le curso 1987-88, ya trasladado
a su ubicación actual, en la zona norte de la población. Desde entonces he desarrollado una labor docente en él, pero no fue hasta el pasado año cuando con motivo de la organización
de los actos conmemorativos del centenario del nacimiento del pedagogo y escritor Herminio Almendros, volvió a reaparecer la figura de José Conde. Por un tiempo pensamos que Herminio
Almendros había sido alumno suyo, pero una investigación más detallada reveló que José Conde llegó a Almansa el 1 de mayo de 1916 procedente de Jumilla, con lo que se desmontaba esa
hipótesis, por cuanto que Herminio Almendros se había trasladado a Albacete en 1912 para iniciar sus estudios de magisterio.
Unas semanas más tarde (septiembre de 1998), llegaron a nuestras manos los cuadernos-diarios de clase de uno de los
antiguos alumnos de José Conde: José Clemente Pastor, gracias a los cuales pudimos conocer cómo eran sus clases. Fue una grata sorpresa, en ellos se reflejaba toda una avanzada concepción
pedagógica, anterior en el tiempo al modelo que Herminio Almendros expondrá desde 1929, pero con el que tiene claros paralelismos. ¿Mera coincidencia? No, más bien pensamos que José Conde,
desde la modestia de su destino de maestro rural en una pequeña localidad como Almansa y tras muchos años de experiencia y dedicación, concibió un sistema pedagógico innovador de forma intuitiva;
por otro lado, Herminio Almendros, que completó su formación intelectual en la Escuela Superior de Magisterio de Madrid (ligada a la Institución Libre de Enseñanza), estaba igualmente comprometido
con la educación, si bien tuvo la lucidez de valorar las posibilidades que ofrecía la pedagogía de la escuela activa de Celestin Freinet e introducirla en España.
No es ahora el momento ni el lugar de hablar de ella, pero los que la conocen se sorprenderán de sus semejanzas con la didáctica de José Conde García.
He aquí algunos ejemplos de actividades, extraídas de sus diarios de clase: Dos maestros, dos educadores, dos vidas paralelas en la distancia; uno de ellos, Herminio Almendros, tendrá que exiliarse para salvar su vida; el otro, pese a su intachable trayectoria, sufrirá en su carne los efectos del exilio interior. Dos biografías aparentemente truncadas por el infortunio pero que justamente queremos rescatar del olvido y mantener en nuestra memoria, porque son protagonistas destacados de nuestra historia del siglo XX.
Jesús Gómez Cortés. Profesor de Historia en el I.E.S. José Conde
El
contexto pedagógico que a D. José le tocó vivir
estuvo marcado profundamente por las ideas decimonónicas, que
se hicieron realidad en la docencia a caballo entre los siglos XIX y
XX. Edmundo D´Amicis. Publicación de su periódico Corazón. Uno
de los escritores que más decisivamente influyeron en él
fue, sin duda, Edmundo D´Amicis (Oneglia, Octubre 1846 / Marzo
1908), militar, periodista y escritor de fértil imaginación.
Sus obras son entre otras: La Spagna y Cuore (publicada
en 1887). Tan
grande resulta ser su admiración por la obra amiciana, que publicará
a lo largo de su dilatada vida, con el mismo título de "Corazón",
un periódico infantil, de aparición quincenal y de carácter
gratuito. D.
José se siente feliz con esta idea del periódico escolar
gratuito, cuyo primer número data del 15 de octubre de 1917,
y escribe: "...nos adelantamos a los educadores norteamericanos,
que meses después (por natural inspiración, claro es)
la ponía en práctica;...pluma y lápiz (del
gran Dalmáu Carles, de Gerona) y Pérez Galdos de
aparición reciente en Madrid) siguió y sigue nuestras
huellas". Evidentemente,
el término gratuito nos hace pensar en el cómo
de su mantenimiento, puesto que había unos gastos de impresión
y de papel que amortizar. Unas cuotas trimestrales fijas con las que
, libremente, cualquier almanseño podía colaborar, aparte
de otras aportaciones voluntarias ocasionales,m contribuyeron a paliar
los gastos de tirada e hicieron posible posible su permanencia hasta
el número 164 (30 de noviembre de 1965). Noticias,
artículos, colaboraciones, algunas de prestigiosa pluma, hicieron
de "Corazón" (según palabras de S. Huerta)
un compendio todo idealidades, aspiración y deseo noble; y de
D. José, que a cuya vanguardia estuvo siempre: "un maestro
de Corazón con corazón de maestro, por haber sabido
con verdadera vocación de educador, sembrar en las almas infantiles
semillas del bien y de la moral cristiana, a más abrir sus tiernas
inteligencias a su instrucción y a la cultura" (página
6 de Travesuras y andanzas). Otra
fuente que vierte su venero en el torrente pedagógico que llega
al señor Conde es la obra manjoniana. En el relato La cíngara,
dedicado al padre Manjón, apunta el nacimiento de las guarderías
infantiles actuales, cuyo germen no es otro que las llamadas salas
maternales de la obra del canónigo sacromontano. Los
mundos amicianos y majonianos penetran, evidentemente en su alma, donde
no existen buenos ni malos, sino personas, pues en ellos el calor humano
hace frente a la despersonalización pseudocientífica;
y esta magnitud suya, virtud natural que significa grandeza y elevación
de ánimo, es la que lo hace ser recordado hoy y tenido por maestro,
el maestro por antonomasia. Muchos
son los puntos coincidentes entre el maestro Manjón y don José
Conde. Su encuentro con el acervo cultural manjoniano fue fructífero. Ambos
( que tienen la misma afinidad por la publicación:D. José con Corazón y Manjón
con Hojas pedagógicas y evangélicas ) fueron pioneros en la escuela activa,
cuyo ideario era repartir una educación integral, como forma regeneracionista.
De igual manera concuren en no dar valor al dogmatismo de los textos,
ambicionando la praxis didáctica de enseñar deleitando en sus escuelas y al
aire libre, a fin de prodigar la experiencia. Y así, si al niño le gustan
los juegos, pues enseñar jugando, si le gusta el teatro y las batallas, enseñar
representando o luchando; que se despereza, al extender los brazos, el maestro
aprovecha la ocasión y explica cantando, junto al perezoso y maleducado alumno,
los puntos cardinales, tal y como lo hiciera D.José:
Los puntos cardinales Cualquier minucia,
como la anterior, podía constituir un motivo grande para la explicación de una lección. Los dos también recuperan
en cierto modo para la escuela el peripato griego. Si D. Andrés Majón saca al campo a los niños
o les hace salir a los jardines para estudiar geografía sobre un mapa de cemento en el
que pueden contemplar cómo, camino del mar, discurre el agua de los ríos. D. José aprovechaba
los jueves por la tarde para pasear por el campo en compañía de sus alumnos y, sobre lo que la Naturaleza le
brinda, imparte una clase e incluso, como anota en un número de Corazón, hace
gimnasia sueca. Una clase dada de esta forma era distinta, y aún lo sigue siendo. Esta escuela la aire libre
apoyadfa en principios del pensamiento que Rousseau refleja en su Emilio, imperaba en
los primeros años del siglo XX. Fue defendida ardientemente por Rafael Vicente y Sevilla
en una conferencia que dio en el local social del partido Reformista el día 29 de mayo de 1915.
Tras una lectura minuciosa de Francisco R.López y María José Ortiz de la obra de D. José
( artículos, cuentos, novelitas, ... ) dedujeron que éste, ávido lector ( como lo demuestra en
su artículo Libros, aparecido en el Diario de Albacete los dias 29 de
agosto y 6 de sptiembre de 1930 ), tuvo que conocer los escritos en los que se transmitían las corrientes
didácticas más novedosas de la época, aparte de sus estudios pedagógicos durante su carrera de
Magisterio. No quedaría el espíritu de estas ideas solo en su memoria, sino que las llevaría
a la práctica en su escuela. En su precioso artículo titulado
Los enanos, publicado en junio de 1916 en el número 4434 del Defensor de Albacete
, esta filosofía clásica y rouseauniana quedó reflejada claramente, pues se expresa con estas palabras:
...Ya en lo antiguo Sócrates, el genio de la pregunta, Fue nuestro personaje
también amante del Museo Pedagógico, que instaló en un armario de clase, idea ( si cabe,
más útil ala maestro que al propio alumno ) que no es sino una aplicación de aquellas publicadas
desde 1886 en folletos no venales, con el título: Museo Pedagógico de instrucción Primaria
por profesores de la Institución Libre de la Enseñanza; entre los que destacan firmas tan
sobresalientes como R. Rubio, secretario; M. B. Cossío, director, Emilia Pardo Bazán, Rafael Altamira, etc. |